Ni el Prado, ni la Puerta de Alcalá, ni el cocido...lo más genuino de "Madriz" es la caña y su inseparable compañera, la tapa, que como en la vida las hay más guapas y más simpáticas... Como buen madrileño sólo entiendo la caña de una manera: bien tirada y con su tapa de rigor. No hay más, y la verdad es que con la edad me ha vuelto exigente en este asunto.
Vamos a ver, si pido un caña que no me vengan con un vaso de tubo (algún día me despacharé a gusto con este formato tan lamentable...), de chato de vino, de zurito o una jarrita con asa...¿a qué estamos? ¿a setas o a rolex? La caña es la del vaso corto de 20cl, de culo robusto y cristal transparente, y no hay más. Lo demás son recipientes que contienen cerveza con mayor o menor acierto. No es una cuestión de ser radical o pedante con el asunto, es que la caña como producto tiene su propio vaso... ¿o acaso cuando pedimos una copa de champán o de cava nos la ponen en un vaso de chupito? Pues no, la ponen en su copa alargada y estrecha, la ideal para disfrutar de sus burbujas y mantener los aromas concentrados. Si es que hasta en el Makro cuando vas a comprarlas especifica "Vaso caña"... ¡Compre esas, señor del bar!