jueves, 6 de septiembre de 2012

El puto amo

Esta mañana cuando iba en el coche hacía el trabajo he escuchado en la radio que, hoy 6 de Septiembre, cumple 64 años el gran Karlos Arguiñano. Llegó allá por el año 92 a la tele y veinte años después sigue siendo el culpable de acercar día a día la cocina y la gastronomía a todo un país. Y es que, el mérito de este tipo, más allá de ser un gran cocinero es ser un enorme comunicador, un monstruo de la televisión.


Si nos ponemos a pensar, ¿qué presentador o programa ha logrado mantenerse 20 años con buenos datos de audiencia e incluso cambiando de cadena?...
Ni uno... Y ahí está él, con sus chistes malos, su toque de perejil, su gorro y su cocina "con fundamento". Objeto de deseo de todas las televisiones, siempre ávidas de share, Arguiñano ha sabido combinar como nadie cocina y entretenimiento.   

Quizá su popularidad, su campechanía y sus recetas caseras le han colocado injustamente  en un lugar dentro de la cocina española muy lejos de la vanguardia de los Adrià, Arzak, Subijana, Berasateguis y demás estrellas mundiales, pero sin duda, nadie ha realizado una tarea tan divulgativa como él.
En mi época de estudiante recuerdo que no me perdía su programa ni un sólo día, creo que él me metió el virus de los fogones en el cuerpo. Pero recetas y chistes aparte, hay algo que me encanta de Arguiñano y es que no se corta un pelo y critica aquello que ningún otro presentador se atreve a decir. Con un par...
Aunque he pasado varias veces por delante de su maravilloso restaurante en la playa de Zarautz, no he tenido la ocasión de comer en él, tengo esa asignatura pendiente. Zorionak Karlos, aunque para mi siempre serás Serafín.

2 comentarios:

  1. AIR BAG, se sale. Una de mis preferidas. Cuanto más la veo, más me río.
    Arguiñano crack total. Por cierto, hace un par de años maté un corzo detrás de la huerta en la que planta sus hortalizas para el programa. Menudo tinglado tiene montado el pollo allí.

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  2. Serafín es DIOS, Pazos es DIOS
    Yo he estado en su restaurante y la verdad es que está bien, pero para tanto para tanto no es. Aunque sí uno de los sitios de visita obligada

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